Para la construcción del edificio de la estación de Caminreal se convocó un concurso en la que se consideraba, a principios del siglo XX, la línea más perfecta de España. Para la construcción de sus estaciones se convocó un concurso, que ganó el arquitecto Luis Gutiérrez Soto, quien proyectó la de Caminreal y la zaragozana estación de Delicias, ambas de diseño muy similar.

Se levantó entonces un edificio de dos plantas con marcado sentido horizontal, con formas peculiares y insinuantes y a su vez, funcional y en armonía con el entorno paisajístico donde se ubica. En la fachada del anden y en la extensión, se sitúan dos soportales de arcos de medio punto encalados. Y sobre ellos se combinan franjas de muro blanco con otras de ladrillo rojizo horadadas por ventanas de profundo alféizar y óculos circulares, así como una balconada en el centro flanqueada por pequeñas columnas. Destacable es también su bello campanario de planta cuadrada y tres alturas. A la bicromía y a la combinación de vanos y muros, se suma el colorido de las tejas árabes rematando el armonioso conjunto.